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Las plazas de la ciudad
Buenos Aires cuenta con hermosas plazas y parques, en su mayoría diseñadas por el arquitecto paisajista Carlos Thays, que con gran gusto las ha embellecido con diferentes especies que le otorgan un marco colorido, despertando los deseos de caminar por ellas, sentarse a la sombra de sus añosos árboles y disfrutar del fresco en el verano y del sol en el invierno.
Recorriendo algunas de estas plazas, podemos observar en Recoleta, uno de los barrios más elegantes de la ciudad, que en su mayoría, tienen carteles que indican que cada una de ellas es cuidada por diferentes empresas. Lógicamente, una buena publicidad para dichas empresas y seguramente, a cambio de que realmente las cuiden, pero parece que no siempre es así.
Si observamos el Paseo Chabuca Granda, frente a la Iglesia del Pilar, podremos ver que sus canteros, que otrora lucían flores, tienen el césped quemado por el sol y lucen unos cuadrados de tierra donde la semilla de la publicidad no dio buenas flores.
Es lamentable que una de las zonas más visitadas por el turismo se descuide de esa manera.
Sería importante que quienes realizan los controles pertinentes, exijan a estos sponsor el cumplimiento de lo que dice el cartel, el cuidado de la plaza, que les permite además publicitarse y de acuerdo a ésto, cuando no cumplen, retirarles el cartel y darle la posibilidad a quienes con mayor responsabilidad, las apadrinen y se hagan cargo de embellecerlas.
También ocurre con los monumentos que engalanan nuestros parques y rinden homenaje a héroes de la Patria, escritores, etc.
Hemos visto con desagrado que el Monumento fuente a Rubén Darío es utilizado por algunos floristas que limpian las flores y arman sus ramos en el mismo, pero dejan sus deshechos allí.
Una plaza cuidada y con flores, no solo atrae los ojos de quienes pasean por estos espacios verdes, sino que además le darían un marco mucho más bonito a la publicidad y hablaría mejor de quienes dicen cuidarlas.
Susana Espósito
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