Quejas de los vecinos de Recoleta

Como es sabido, Buenos Aires no se ha caracterizado por resguardar su Patrimonio Arquitectónico. Lamentablemente, en un país tan joven, se han borrado testimonios que hacen a la historia de nuestro país, demoliendo edificios de gran valor patrimonial, restándoles importancia y con fines que muchas veces, son meramente comerciales.

Desde hace bastante tiempo se juntan vecinos de distintos barrios, para tratar de evitar demoliciones que le quitan identidad a esos barrios y en el caso de Recoleta, según informó una reconocida Inmobiliaria del barrio, que realizó un relevamiento, entre 2005 y 2006 se demolieron 12 Petit Hoteles y le siguieron casos más recientes:

  • Edificio proyectado por el arquitecto Le Monnier, en Paraná 861
  • Casa de estilo francés, del año 1890, en Callao 924
  • Casa de 1930, en Peña 2811
  • Petit Hotel, en Mansilla 2484
  • Casa Colonial, en Agüero 957
  • Vivienda, en Cabrera 3075
  • Pueyrredón 1216
  • Petit Hotel en Pueyrredón 1775
  • Ex Defensoría del Pueblo, en Montevideo 1250
  • Córdoba 2678 DEMOLIDO Junio de 2009
  • Pacheco de Melo 1889 DEMOLIDO Abril de 2009

Los vecinos no dejan de lamentar tan importantes pérdidas y siguen en la lucha para evitarlas, como así también, manifiestan sus quejas por la falta de mantenimiento y conservación de otros edificios, como el de la Facultad de Ingeniería, en avenida Las Heras y Azcuénaga, que está en un total estado de deterioro y suciedad.

Es uno de los pocos casos de edificios de arquitectura neogótica no eclesiástica, que fue proyectado por el arquitecto Arturo Prins e inaugurado en 1938.

Desde hace aproximadamente un año, se aprecia en el gran arco de acceso, un andamiaje y un cartel de restauración, que lamentablemente no pasa de eso, porque no se ven adelantos, según manifestó el señor Augusto, que vive en un edificio, frente a la facultad.

No solo expresó su pena por el deterioro sino por la falta de higiene, ya que en el lateral que da a la calle Azcuénaga, viven indigentes, que comen, hacen sus necesidades y duermen allí, con varias criaturas. El olor a orina y basura que se percibe al pasar por el lugar, es nauseabundo. A eso se suma, que ahora, llegando a fin de año, algunos jóvenes se reciben y suelen hacerles el bautismo con huevos, harina, aceite y después, queda la vereda terriblemente sucia, generando el riesgo de que alguna persona que pase por allí, resbale y se lastime.

Al conversar con Augusto, se acercaron otras dos vecinas, que también nos preguntan “qué se puede hacer para que el edificio no termine derrumbándose o siendo demolido”, porque si siguen dejándolo estar, cada vez será peor y luego, de nada sirve llorar sobre la leche derramada.

Julia nos hizo observar: “Miren los arcos ojivales, tiene desprendimientos de material y eso es un riesgo para los alumnos que ingresan al lugar.

Rosa, otra vecina, además de adherir a los comentarios sobre la facultad, tiene gran preocupación por jóvenes ebrios que todos los fines de semana se pelean, gritan y arman todo tipo de alboroto en esa misma esquina, donde es raro ver algún efectivo policial.

“Estamos a la buena de Dios”, ahora que comienza el calor, yo vivo en un primer piso y no puedo dejar abierto el balcón por miedo a que alguno de estos malvivientes se trepe para ingresar a mi departamento. Es increíble que en este barrio, que en otros tiempos fue tan tranquilo, glamoroso y vigilado, ahora ocurran estas cosas.

Al escuchar este comentario, Rosa agregó: "las veredas son un horror, no solo están rotas y desniveladas sino que están llenas de deposiciones de los perros que tanto particulares como paseadores, permiten que hagan sus necesidades en medio de las veredas".

Otro señor, que no quiso dar su nombre, dijo ser dueño de una bóveda en el cementerio de Recoleta y su queja fue en cuanto a las obras que se están realizando, catalogando como "una barbaridad, que hayan roto a martillazos los escalones de acceso al peristilo, que eran de mármol de Carrara, de 5 cm de espesor y un costo altísimo", como también le parece terrible que hayan levantado el asfalto, para reemplazarlo por adoquines que acumulan suciedad y dificultan el desplazamiento.

Una sola nota sería demasiado extensa para poder plasmar las quejas de los vecinos del “barrio más coqueto de la ciudad”, una distinción que los vecinos piensan, que también se está perdiendo, junto con los edificios y las transformaciones que ya lo están afectando.

Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (4413)
Fecha publicación: (20/10/2009)