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“Borges y Perón”, en Recoleta
El domingo 12 de diciembre, una obra de teatro escrita por el uruguayo, Enrique Estrázulas, logró lo que no pudo la vida: “unir en un diálogo de ficción a Borges y Perón”, algo impensado. Allí estuvimos.
Brillantes caracterizaciones de Borges, interpretado por Jean Pierre Noher y de Perón, interpretado por Víctor Laplace, que es además el director de la pieza, que ha recorrido casi todo el país y cerró su gira 2010 en la Biblioteca Nacional, con entrada libre y gratuita.
Muy logrados los tonos de voz, la manera de expresarse y de moverse en ambos personajes, que se hacen totalmente creíbles para el espectador.
La obra se desarrolla en la Biblioteca Nacional, que en los hechos reales, fue donde vivió Perón, ya que en el espacio que ocupa actualmente la biblioteca, estaba la residencia que habitara con Evita, que falleció allí y donde el general siguió viviendo hasta la revolución libertadora en 1955. A su vez, Borges, fue director de la Biblioteca Nacional.
Todo comienza con el destacado escritor, en la penumbra de su despacho, escuchando llover y comenzando a escribir la historia de un malevo que tenía una mercería, cuando de pronto le anuncian que llegó a visitarlo Perón, a lo que él responde: “es una broma o una mala noticia”, pero lo cierto es que Perón estaba allí, visitándolo, para entablar un diálogo que tiene toda la ironía que tan bien manejaba Borges y la verborragia seductora que caracterizaba a Perón.
Hay momentos de la charla que provocan risa y otros de gran tensión, cuando ambos se pasan facturas pendientes. Un Perón que había leído a Borges y un Borges que lo pone a prueba porque no lo cree del todo. Nuevamente la conversación retoma un tono cordial y la confianza de hacerse ciertas confidencias íntimas, durante las cuales, el escritor dice haber estado enamorado de su prima mayor y el general dice que estuvo enamorado de su primera mujer, Aurelia Tizón, a lo que Borges le retruca preguntando si entonces de Evita no estuvo enamorado y Perón responde que sí, que amó a su negrita, reprochándole a la vez, las duras críticas que el escritor le había hecho a Eva, diciéndole:
A Evita usted la llamaba El hada rubia, como tanta gente. Si dice que yo la usé, usted la colmó de infamias hasta después de muerta. ¿No será que a usted le falta la h de hombre?
y Borges responde:
La h es una letra muda. Borges es mucho más ético que el temible Pocho.
Durante el desarrollo de la obra, cuando Perón le pide a Borges que se quede en la Biblioteca, el escritor le recuerda que por el gobierno peronista se vio obligado a renunciar a su cargo de bibliotecario, cuando lo designaron inspector de mercados de aves de corral. El castigo era la consecuencia de la posición política antiperonista, de Borges.
También se alude al Premio Nobel que nunca le llegó al escritor, habiendo sido candidato a ganarlo durante casi tres décadas. Borges siempre soñó con que la posteridad le perdonara sus errores y le concediera la gloria de que se lo recordase por sus mejores textos.
La sala completa de espectadores, algunos de ellos que debieron sentarse en la escalera por falta de butacas, que igual no quisieron perderse la obra y un final, que todos aplaudimos de pie.
Noher, dedicó la función a su madre, que estaba presente y dentro de los invitados se encontraba la diputada porteña María José Lubertino y la actriz Adriana Salonia.
Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (3389)
Fecha de publicación (15/12/10)
Contador gratis
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