Argentinas maltratadas en España

El 8 de julio, Hugo Rodríguez Ghiara y su hermana, que viven en España, fueron al Aeropuerto de Barajas a recibir a su madre, Ada Ghiara de 88 años y otra de sus hermanas que habían viajado desde Buenos Aires, para visitarlos, como hacen desde hace 33 años.

Al ver que su madre no salía del Aeropuerto, preguntaron qué ocurría y se les comunicó que ambas estaban detenidas. Aunque por todos los medios intentaron subsanar el hecho, no obtuvieron buenos resultados y ambas fueron expulsadas en un vuelo, al día siguiente y enviadas a Buenos Aires.

Según declaraciones de la señora Ada, a distintos medios, le dijeron que no podía quedarse en España por 5 meses, que no tenía reserva de hotel ni invitación y ella respondió que desde hace 33 años iba a visitar a sus hijos, que se hospedaba en la casa de ellos y por eso no reservó hotel. Las autoridades le dijeron que haber ido tantos años, esa cantidad de meses, le había representado un gasto importante al país.

En una carta enviada por su hijo a los medios, en uno de sus párrafos expresa su indignación ante lo ocurrido:"Aún sin dar crédito a lo sucedido, me pongo a escribir estas líneas para ver si puedo hacer la digestión de lo sucedido y quizás así, compartiéndolo, pueda resolver con la ayuda de ustedes, lo que hay que hacer en una situación como esta. Mi madre de 88 años fue detenida, incomunicada y expulsada ayer desde el aeropuerto de Barajas, en Madrid, por las autoridades españolas”.

Hoy, martes 27 de julio, vuelve a publicarse en los periódicos que ocurrió otro caso similar, el de la señora Luisa Ormeño, de 72 años que viajó a Madrid, acompañada por un sobrino nieto, para visitar a su hija, yerno y tres nietos, con la idea de permanecer con ellos, tres meses.

La señora Luisa, fue expulsada de Madrid, porque según le argumentaron, no tenía carta de invitación, contaba con un fax y esto no servía, debía tener una carta original.

Los más grave es que previo a su expulsión, fue encerrada en una habitación, sin comida y además le retuvieron su medicación, tan necesaria por su problema cardíaco y aún, portando un certificado médico.

Después de casi un día, una agente de la Policía la escoltó hasta el avión que la trajo de vuelta a la Argentina, algo que terminó de indignar a Luisa. “ Como si fuese una prisionera y estuvieran cuidando que no se escape”

Miguel Sánchez, encargado de emergencias del Consulado español en Córdoba, negó que a esta mujer le hayan dicho que una carta faxeada serviría. “Con un fax no se puede viajar, si o sí debe ser la carta original”, aclaró.

Fuentes de la Cancillería argentina dijeron: “De ninguna manera avalamos el maltrato a argentinos, y menos a adultos mayores”.

Sin embargo, según publicó Clarín, quiso consultar a la Embajada de España en Buenos Aires sobre esta nueva denuncia de maltrato, pero no respondieron.

Conclusión: La mayoría de los argentinos, entre los que me cuento, tenemos abuelos o padres españoles, producto de una Argentina de puertas abiertas que albergó en otros tiempos a todos los españoles que llegaron escapando de las guerras. Hubo períodos en los que se les enviaba, tanto a España como a otros países europeos, barcos llenos de comida, cuando fuimos el “granero del mundo”.

Fuimos y seguimos siendo un país que da oportunidad a todo el que llega, como dice el preámbulo: “Para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino”.

Basta por ejemplo con observar la avenida de Mayo, pensada por los argentinos, que imitaban a los franceses, creada por italianos y habitada por españoles, para darnos cuenta de la fuerte presencia española en nuestra ciudad, que realmente fue un crisol de razas.

Los tiempos fueron cambiando, hemos pasado malas rachas, e inmediatamente, muchos hijos y nietos de españoles, hacían y hacen largas colas en el Consulado de España, en el barrio de Recoleta, con la ilusión de hacer lo mismo que hicieron sus abuelos, pero ahora al revés, ir a probar suerte a España y me recuerda el sketch, de hace muchos años, en el que el actor Joe Rigoli hacía trámites para plantar un arbolito y siempre le ponían alguna traba.

Señores, a pensarlo, vale la pena el desarraigo, que sentirán aún más, cuando algún familiar quiera visitarlos y los manden de vuelta con una estampilla en la espalda, sin permitirles ingresar a verlos?

Ahora, parece que España sufre el mal de este siglo, Alzeimer, olvida que lejos de ser ellos la erróneamente llamada Madre Patria, fue Argentina la que se comportó como madre y los recibió con sus brazos abiertos, brindándoles protección y dándoles la oportunidad de comenzar de nuevo. Una verdadera madre es incapaz de echar a su hijo de casa.

Muy lamentable y como no podemos generalizar, porque hay españoles maravillosos, entre los que cuento a mis abuelos, que si bien vinieron al país que los recibió, bien se ganaron su lugar y su corazón estuvo siempre dividido en cuatro colores: amarillo y rojo, pero también celeste y blanco.

La indignación es hacia las autoridades españolas, que deben avergonzar a tantos españoles. Les pedimos un poco de memoria, NO SE MUERDE LA MANO DE QUIEN ALGUNA VEZ LES DIO DE COMER. Simplemente deseamos que reflexionen y traten de no repetir estos episodios, porque aunque ofrezcan una disculpa, ya no hay solución para resarcir el mal momento que vivieron estas dos señoras, que tal vez tenían la última oportunidad de viajar para reencontrarse con sus seres queridos y fueron privadas de hacerlo.

Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (5474)
Fecha publicación: 27/07/2010