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Disfrazar el analfabetismo
Debido a mi profesión de guía de turismo, trato diariamente con diversos grupos y muchos son de estudiantes, de distintos niveles, de diferentes colegios, que son traídos para conocer lugares emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires, su historia, su arquitectura, su arte.
En varias oportunidades, mi compañero de trabajo y yo, nos hemos asombrado de la falta de conocimientos elementales que tiene un alto porcentaje de los chicos, más allá de la falta de vocabulario y de interés por aprender y superarse.
En los tiempos en que yo estudiaba, una de las primeras etapas de nuestra Historia que estudiábamos en los colegios, era la Revolución de Mayo y los integrantes de la Primera Junta. Actualmente, cuando pasamos por delante de la bóveda de la familia de Juan José Paso (en el Cementerio de Recoleta) al nombrarlo, no falta quien nos pregunte: "quién fue", como tampoco faltó un alumno que respondió: "ahhh, ya sé, es el de la publicidad de la cerveza..."
Es algo lamentable que asocien a un prócer con una marca de cerveza y no es una crítica a la publicidad, que realmente fue novedosa y hasta sirvió para que al menos refresquen no solo su sed, sino también refrescar la memoria y recordar a los próceres.
A pocos pasos, nos detenemos en la bóveda de Juan Manuel de Rosas, en la cual se lee su verdadero apellido, Ortiz de Rozas y seguimos sorprendiéndonos, cuando alumnos de 6° grado, todavía no lo habían estudiado, como también ocurrió con el Gral. Lavalle. Fue inevitable dirigir mi mirada a una de las docentes que ratificó que todavía no habían llegado a Rosas en el programa.
Otro docente que nos pidió que no diéramos su nombre, nos dijo: En contra de lo que nosotros queremos hacer, la orden es que a pesar del bajo rendimiento de los alumnos, tenemos que aprobarlos igual, porque es una manera de disfrazar el analfabetismo y hacer creer que prácticamente no existe. Si nos manejamos como en otros tiempos, donde solo aprobaba el que sabía y se reprobaba al que no estudiaba, "corremos el riesgo de perder nuestro trabajo".
Si bien citamos solo tres ejemplos, podemos hacer una larga lista de personalidades a quiénes muchos chicos no conocen, desde José Hernández (autor del Martín Fierro), Miguél Cané (Juvenilia), Dorrego (a quién asocian solo con la calle que lleva su nombre) y así un sin fín de casos, que luego se ven reflejados en los resultados de los exámenes de ingreso a la Universidad, como publicaron varios medios en distintas oportunidades, con respuestas inconcebibles.
Así son las cosas, todo se barre abajo de la alfombra y mientras tanto reflexionamos: éstos serán los jóvenes del futuro?
Sumado a eso, también llama la atención que no sepan las marchas patrióticas que en nuestra infancia cantábamos con orgullo para las fiestas Patrias, que se celebraban en el día que caían, en los patios de los colegios, muertos de frío pero con el sentimiento que nos embargaba el corazón, porque se enaltecía la gesta de nuestros héroes que hoy son tan poco recordados.
Rosa Caneda para www.conozcarecoleta.com.ar (3017)
Fecha de publicación (16/07/12)
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