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Los velatorios y la tecnología
Agiornándose a los tiempos que corren, surgen nuevas propuestas en cuanto a las costumbres funerarias, que incorporarían el uso de las nuevas tecnologías.
Ricardo Péculo, uno de los fundadores de Cochería Paraná (en 1961) es de los que más saben en cuanto a las costumbres funerarias y un innovador en el tema, incorporando siempre alguna novedad, porque aunque parezca mentira, también existen modas para la muerte.
Vale la pena recordar, que la costumbre de velar a los muertos fue una iniciativa de Sarmiento, quien consideraba que toda persona que moría repentinamente sin haber estado enferma, debía ser llevada a una sala del cementerio, donde estaba en observación durante 30 horas, para evitar enterrarlo vivo en caso de catalepsia. De allí en más, se vela a los muertos por un lapso de 24 horas. Primero se velaban en las casas y posteriormente surgieron las salas velatorias.
Con respecto al temor a la muerte, Péculo dice que en realidad, la gente teme a ser enterrada viva y por eso, algunos piden que los sepulten con su celular y otros alquilan por tres meses, nichos con alarma que detecta movimiento, con un equipo que envía oxígeno al ataúd.
Si retrocedemos en el tiempo, recordaremos también que la gente era sepultada, en principio, en fosas comunes, luego el campo santo detrás de las iglesias (en el interior se enterraba a personalidades de la Patria), después se creó el primer cementerio (Recoleta) y de los enterratorios (bajo tierra) se pasó a la construcción de bóvedas, siguieron los jardines de paz y últimamente, la gente prefiere la cremación. Así fueron los cambios a través del tiempo.
Ahora, Ricardo Péculo, dio una nota en el matutino Clarin, en la que dice que ya hay ataúdes temáticos y está impulsando usar códigos QR en las lápidas para leerlos con un smartphone y acceder a videos y fotos.
Péculo ofrece honras fúnebres basadas en el hobby o profesión del fallecido, considerando que hay que resaltar lo que era en vida.
Increíble pero real!!!
Cuando Péculo aconseja a los familiares de un difunto, dice que considera que no es conveniente cremarlo y esparcir las cenizas en el río, "porque el ser humano tiene que tener contacto con el antepasado. Aunque no vaya al cementerio, necesita saber que está en un lugar. Hay que hablar en el seno familiar sobre qué quiere cada uno para su muerte. Pero la gente cree que hablar de la muerte llama a la parca, aunque eso está cambiando".
Para él, el velatorio es empezar a elaborar el duelo. Es la transición entre el momento en que una persona está y cuando deja de estar. "Es el momento de llorar y hay que llorar, porque no vamos a ver más a ese ser querido y eso ocurrirá a partir del momento en que es dejado en el cementerio"-agregó el tanatólogo-.
Cabe destacar que Péculo realiza tanatopraxia a los muertos, una práctica que da al difunto el aspecto sereno, como si estuviese durmiendo y que además evita la descomposición de cuerpo y la pérdida de líquidos.
Por último, recordaremos que Ricardo y su hermano Alfredo (fallecido en 2008), fueron quienes trasladaron el cuerpo de Perón desde Chacarita a San Vicente.
Como no podría ser de otra manera, el tanatólogo cuenta que su ataúd ya está hecho, tiene una foto que lo muestra con ropa de gaucho, las manijas son herraduras y allí está, esperándolo, como ocurrió hace años con Quinquela Martín, quien también había pintado su propio ataúd.
www.conozcarecoleta.com.ar (3403) - Publicado: (02/10/14)
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