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A 50 años del golpe militar

Ayer se cumplió medio siglo de la destitución del presidente democrático Arturo Illia, con motivo de ello se realizó un acto en el Cementerio de Recoleta, donde descansan sus restos en el "Panteón Radical". Estuvo presente la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, y destacados dirigentes de la Unión Cívica Radical como Ricardo Alfonsín, Fernando De La Rua, Ricardo Gil Lavedra, Luis Brandoni, entre otros, también los hijos del homenajeado, Emma y Leandro Illia.

La iniciativa de colocar una placa conmemorativa fue impulsada por el senador nacional Julio Cobos, quien no pudo asistir por una reprogramación de su vuelo desde Nueva York. Aunque hizo llegar sus consideraciones: “Hoy Argentina ha podido dejar atrás esa inestabilidad política anti institucional de décadas: nuestra democracia está fortalecida”. “Hoy recordamos a un radical, a un patriota que hizo política con honor, decencia y respeto”.

Durante el acto, Michetti afirmó que Illia, “de los políticos argentinos, ha sido uno de los más destacados”, y consideró que “siempre hay algo que volver a mirar sobre su persona y su historia”. “Es una persona admirable y todos debemos inspirarnos en él para ser mejores como personas y como políticos”.

Consultado Ricardo Alfonsín sobre las razones por las que fue derrocado el Dr. Arturo Illia, respondió: "Don Arturo fue derrocado, entre otras cosas, porque derogó los contratos petroleros; por la ley de medicamentos, que agredía a las corporaciones multinacionales, por la ley del salario mínimo, vital y móvil; porque terminó con la proscripción del peronismo, por la inversión en ciencia y tecnología, que afectaba a intereses multinacionales; por oponerse a la invasión de EE UU a la República Dominicana".

Para concluir argumentó: "Don Arturo, fue derrocado por ser radical, que es mucho más que ser honesto y republicano. Se puede ser honesto y no ser radical. Lo que no se puede es ser radical y no defender el interés nacional y la justicia social. No olvidemos esta dimensión del partido de Alem y de Yrigoyen".

Leandro Illia, hijo del ex presidente, consideró ayer, en un artículo para la agencia Télam que "a Illia lo derrocaron por sus aciertos, no por sus errores". Y recordó una frase de su padre: "A mí me derrocaron las 20 manzanas que rodean la Casa de Gobierno".

Por su parte, el General (retirado) Martín Balza en una nota publicada en el diario Clarín del 28 de junio expresó: "la hipócrita justificación fue que existía un vacío de poder y se imponía “salvar a la República”; lo real fueron las leyes sancionadas sobre salario mínimo y sobre medicamentos, que afectaban a los grandes grupos económicos dominantes. Aún recuerdo a políticos, empresarios, periodistas y militares retirados que visitaban los cuarteles instando al golpe cívico-militar. Entre ellos no estuvieron ausentes Álvaro Alsogaray y Pedro Eugenio Aramburu".

El ex jefe del Ejército agregó: "Durante el mandato de Illia se obtuvo –quizá– el mayor logro político diplomático de nuestra historia: en su Asamblea General las Naciones Unidas aprobaron la Resolución 2065/65, aquel hecho trascendental para el reclamo de nuestros derechos soberanos sobre la cuestión Malvinas y demás archipiélagos australes, basado en el célebre alegato del embajador argentino José María Ruda".

Luis Alberto Romero expresa en su libro "Breve historia contemporánea de la Argentina", la presidencia de Illia "se definió por el respeto de las normas, la decisión de no abusar de los poderes presidenciales y la voluntad de no exacerbar los conflictos y buscar que éstos decantaran naturalmente". El historiador subraya que "las críticas se centraron en esta modalidad, tachada de irrealista e ineficiente, revelando el escaso aprecio que en la sociedad argentina existía por las formas democráticas e institucionales". La caracterización que Romero hace de Illia, sus actitudes y la sociedad nacional quedaron fielmente expuestas en las últimas horas del presidente radical en el poder.

Un documento titulado "Acta recuerdo" dejó asentados en el papel los momentos finales de Illia en la presidencia. Lo confeccionó un grupo de jóvenes colaboradores del presidente. "Alrededor de las cinco de la mañana del 28 de junio de 1966, irrumpen en su despacho el general Julio Alsogaray y los coroneles Perlinger, González, Miatello, Prémoli y Corbetta", dice el acta.

Alsogaray: En representación de las Fuerzas Armadas, vengo a pedirle que abandone este despacho.

Illia: Usted no representa a las Fuerzas Armadas, sólo representa a un grupo de insurrectos. Usted, además, es un usurpador que se vale de las fuerzas de los cañones y de los soldados de la Constitución para desatar la fuerza contra la misma Constitución, contra la ley, contra el pueblo. Usted y quienes lo acompañan actúan como salteadores nocturnos, que, como los bandidos, aparecen de madrugada.

Las palabras subieron de tono, Alsogaray le dijo a Illia que estaba garantizada su seguridad con un traslado a la quinta de Olivos; el mandatario le contestó que no le importaba su bienestar personal.

Alsogaray: ¡Recibo órdenes de las Fuerzas Armadas!

Illia: ¡El único jefe supremo de las Fuerzas Armadas soy yo! ¡Ustedes son insurrectos! ¡Retírense!

Con el despacho presidencial bloqueado por los militares, a las seis de la mañana un grupo de ellos encabezados por el coronel Perlinger tomó la posta del apriete final a Illia para que dejara el poder. El "Acta recuerdo" reproduce el tenso diálogo.

Perlinger: ¡Doctor Illia, en nombre de las Fuerzas Armadas, vengo a decirle que ha sido destituido!

Illia: ¡Ya le he dicho que ustedes no representan a las Fuerzas Armadas! ¡A lo sumo, constituyen una fracción levantada contra la ley y la Constitución!

Perlinger: Me rectifico, en nombre de las tropas que poseo.

Illia: ¡Traiga esas fuerzas!

Perlinger: No lleguemos a eso

A las 7.25, según el acta, comenzó el desenlace. Irrumpieron en el despacho, efectivos de la Guardia de Infantería de la Policía Federal, armados, que se pusieron frente a la mesa del presidente, con Perlinger a un costado. El documento histórico relata:

Perlinger: Señor Illia, su integridad física está plenamente asegurada, pero no puedo decir lo mismo de las personas que aquí se encuentran. Usted puede quedarse, los demás serán desalojados por la fuerza.

Illia: Yo sé que su conciencia le va a reprochar lo que está haciendo. (Dirigiéndose a la tropa policial) A muchos de ustedes les dará vergüenza cumplir las órdenes que les imparten estos indignos.

Perligner: Usaremos la fuerza.

Illia: Es lo único que tienen.

Perlinger: ¡Dos oficiales a custodiar al Dr. Illia! ¡Los demás avancen y desalojen el salón!

En ese pasaje, el "Acta recuerdo" explica que la tropa avanzó y los oficiales quisieron acercarse a Illia, pero los acompañantes del presidente lo impidieron. Entre forcejeos, el mandatario avanzó hacia la puerta con sus colaboradores, mientras el despacho quedaba en manos de la tropa policial.

El presidente destituído se retiró del lugar en el auto de su ministro de Educación, Carlos Alconada Aramburú.


www.conozcarecoleta.com.ar (7040) - Publicado: 29/06/16