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Enrique Shaw más cerca de convertirse en beato

El sábado 24 de abril, el papa Francisco aprobó el decreto que certificó las “virtudes heroicas” del fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, Enrique Shaw y estaría a un paso de convertirse en beato.

El decreto que certificó las “virtudes heróicas” del empresario argentino, Enrique Shaw, de quien este año se conmemoró el centenario de su nacimiento, el 26 de febrero de 1921 y podría convertirse en el primer empresario santo.

Enrique Shaw

En una audiencia que tuvo el Papa con el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal italiano Marcello Semeraro, aprobó el decreto en su causa de canonización que se había iniciado poco tiempo después de su fallecimiento, el 27 de agosto de 1962, en tiempos en que el actual Papa era arzobispo y cardenal de Buenos Aires. Fue el mismo Jorge Bergoglio quien impulsó la misma.

Enrique Shaw, apodado “el empresario de Dios”, fue el fundador, en 1952, y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y desde ese rol concibió y empezó a desarrollar conceptos sobre el papel fundamental de las empresas en la economía y la sociedad de un país.

En la década del cincuenta, fue director de una de las principales empresas industriales del país, Cristalerías Rigolleau y se ocupó del bienestar de cada uno de sus más de 3000 trabajadores y de sus familias. Asumió, además, el cuidado del ambiente como responsabilidad hacia la sociedad y hacia las generaciones futuras y se preocupó para que las mejoras implementadas en su empresa se plasmaran en políticas públicas –fue impulsor de la ley de asignaciones familiares– y promovió decididamente el desarrollo de su comunidad.

En 1943 se casó con Cecilia Bunge, con quien tuvo nueve hijos. Fue activo en la Acción Católica y el Movimiento Familiar Cristiano y junto a otros empresarios participó en la organización de ayuda a la Europa de post-guerra que en 1946 promovió el episcopado argentino, respondiendo al llamado de Pío XII. De ahí, intentó crear una entidad para que los empresarios “sean más cristianos”.

En 1957 se le detectó un cáncer incurable, que “aceptó con cristiana serenidad”, pero sin bajar los brazos, según la biografía de la página web de la ACDE. Siguió, en efecto, participando en congresos, dictando conferencias, editando y escribiendo. En pequeñas libretas, cuadernos y papeles sueltos, Shaw solía dejar plasmados sus pensamientos y reflexiones, que aún hoy resultan actuales.

Uno de sus mensajes, tan aplicable en los tiempos actuales, fue: “Debemos crear trabajo… y cuanto más eficiente sea nuestra labor, más recursos tendrá la Providencia para repartir entre pobres y necesitados”.

Poco antes de morir, el 9 de julio de 1962, se puso “en conmovedora evidencia la relación de comunicación y afecto que mantenía con la gente, cuando, en una reunión con el personal, agradeció cálida y humildemente a quienes donaron sangre para las intervenciones que prolongaron su vida”, según puede leerse en su biografía, que precisó que falleció el 27 de agosto de ese mismo año en Buenos Aires, después de un breve viaje a Lourdes.

Según las etapas del proceso de canonización, para que el reconocido empresario pase a ser beato, es necesario que se produzca un milagro debido a su intercesión y dos para que sea santo.

Recordamos que sus restos descansan en una bóveda del Cementerio de Recoleta.


www.conozcarecoleta.com.ar (3396) - Publicado: Lunes 26/04/21