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Cuando él murió, ella pudo volver a gastar

El 10 de enero 1883 moría en Buenos Aires el doctor Salvador María del Carril. Se cumplen ahora 138 años y sus restos descansan en una fantástica bóveda, en el Cementerio de Recoleta, donde vemos una escultura que lo muestra sentado en un sillón y dándole la espalda, su esposa, Tiburcia Dominguez.

Salvador y TiburciaDel Carril fue un jurista y político argentino. Masón y liberal, fue seguidor del ideario rivadaviano y ocupó varios cargos como por ejemplo: gobernador de San Juan que implantó una constitución laica, inspirada en el modelo británico, que causó su caída. Exiliado en Buenos Aires, asesoró a Juan Lavalle y fue el impulsor del fusilamiento de Manuel Dorrego por orden de aquel; pasó en el exilio los años del gobierno de Juan Manuel de Rosas. Fue uno de los convencionales que sancionaron la Constitución Argentina de 1853 y fue nombrado luego vicepresidente de la Nación, compartiendo fórmula con Justo José de Urquiza. Tras la reincorporación de la provincia de Buenos Aires, el presidente Bartolomé Mitre lo designaría ministro de la Corte Suprema de Justicia.

Algunos han valorado su erudición y su vocación europeísta, mientras que otros historiadores lo han descripto como soberbio, liberal irreflexivo y las "malas lenguas" hablaban de un enriquecimiento de dudosas fuentes durante su período de seguidor de Urquiza.

Estaba casado con Tiburcia Domínguez López Camelo, con quien tuvo siete hijos. La relación con su esposa se tornó tensa, debido a los gastos excesivos de ella, que despilfarraba su dinero y por eso, en un acto sorprendente, Del Carril publicó en los periódicos de Buenos Aires una carta anunciando a los acreedores de su esposa que él no se responsabilizaría de sus deudas. Humillada y ofendida, Tiburcia decidió no hablarle nunca más e incluso en la bóveda donde hizo colocar una escultura de su esposo, pidió que cuando ella falleciera, ubicaran simplemente un busto de su persona, pero dándole la espalda a Salvador, porque no podía perdonarlo. Así se hizo y así podemos verlo en el Cementerio de Recoleta.

Salvador murió el 10 de enero de 1883, curiosamente el mismo día que el obispo fray Mamerto Esquiú. Después de su muerte, cuentan que Tiburcia preguntó cuánto dinero había quedado y al enterarse, la señora habría dicho: "ahora podré empezar a gastar". Tiburcia lo sobrevivió 15 años.


www.conozcarecoleta.com.ar (2356) - Publicado: Sábado 09/01/20