Centro Cultural Recoleta
Junín 1930
Proyectado por el Arquitecto Andrés Blanqui (proyecto original); Arquitecto Juan A. Buschiazzo (ampliación); Arquitectos J. Bedel, L. Benedit y Clorindo Testa (refuncionalización)
Es un edificio de estilo Neoclásico, inaugurado en 1732.
En tierras donadas por Gregoria Herrera y Hurtado en 1716 para crear el Convento de la Orden de los Franciscanos Recoletos, se levantaron -merced a subvenciones entregadas por Juan de Narbona- las primeras construcciones de esta orden: una capilla y cuatro celdas, detrás de las cuales se encontraba el enterratorio y la huerta.
Los arquitectos jesuitas Juan Krauss y Juan Wolf realizaron los planos de la primera construcción y se le atribuye al italiano Andrés Blanqui la fachada y los espacios interiores del convento.
Con posterioridad, el convento fue ampliándose en sus instalaciones, de las cuales hoy se conservan dos claustros, el refectorio y la cocina, cubiertos por pesadas bóvedas de cañón y arista, a las cuales se les adosó la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar.
El arquitecto Juan Buschiazzo fue el responsable de la gran remodelación que se realizara a partir de 1881, reciclaje que puede considerarse pionero y uno de los mejores de la ciudad de Buenos Aires.
Buschiazzo introdujo importantes modificaciones, como la capilla de estilo neogótico (1886).
La obra de este arquitecto italiano llegado a Buenos Aires por 1850, incluye, además, la primitiva Bolsa de Comercio, la capilla Del Carmen, el actual Museo Sarmiento y el Pórtico del Cementerio de Recoleta, entre otros y está considerado uno de los protagonistas de la notable arquitectura argentina que va desde 1870 a 1930.
Las actuales galerías de exposición que fueron los claustros de los monjes, así como Los Patios de los Naranjos y la Fuente, cuyos muros lindan con la Iglesia y el Cementerio, son de estilo colonial.
Cruzando la calle central o Patio de los Tilos de observan construcciones de estilo italianizante.
El Auditorio "El Aleph" (ex capilla del asilo) conserva sus puertas y vitrales primitivos, pero agrega elementos arquitectónicos y de diseño adecuado a su función actual. Por último, la terraza, a la que se accede desde el Patio de los Tilos, muestra una serie de muros recortados a manera de ruinas con vista panorámica de la ciudad.
El Centro posee una gama muy amplia de actividades y una dinámica cultural que hace de este lugar de la Recoleta uno de los más concurridos por visitantes locales y extranjeros.
Monumento Histórico Nacional.
Fuente consultada: Dir.Gral.Patrimonio GCBA - Foto: Luis Leoz
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