Valoremos al Hospital de Clínicas
Esa mole de cemento que está en el barrio de Recoleta, por donde diariamente pasan miles de pacientes requiriendo atención. Muchas veces criticado injustamente. Pero es bueno saber lo que ocurre allí dentro, la calidad y el esmero de los profesionales, trabajando en condiciones que distan mucho de lo ideal.
Los orígenes del actual Hospital de Clínicas se remontan a 1879, cuando comenzó su construcción. Un año más tarde -y aún sin terminar- fue escenario del conflicto por la federalización de la ciudad de Buenos Aires al funcionar como cuartel de rifleros y hospital de concentración de heridos.
Cuando la provincia de Buenos Aires fue vencida por las tropas de la Nación, entregó el edificio a la Facultad de Medicina. Recién el 4 de junio de 1884 se oficializó el traspaso bajo el nombre “Hospital de Buenos Aires”. Más tarde, se lo cambió a “Hospital de Clínicas”.
Recordados maestros de la medicina actuaron y dejaron sus enseñanzas en el Hospital de Clínicas, centro de educación medica, de investigación y de excelencia docente, entre ellos podemos nombrar a: Ignacio Pirovano, Alejandro Posadas, Abel Ayerza, Bernardo Houssay ( Premio Nobel de Medicina en 1947), que son solo algunos nombres de la extensa lista de profesionales de gran relevancia.
En la actualidad, el Clínicas recuerda con orgullo sus tradiciones y las integra a las responsabilidades de una Institución de asistencia de alta complejidad y de alta calidad académica.
Es mucha la gente que día a día acude a este hospital para hacerse atender y es loable ver la excelencia de los profesionales que realmente se ocupan de cada paciente brindando el mejor servicio, la atención de enfermeras, la atención a los dadores de sangre en hemoterapia, el cuerpo de voluntarias que visitan a todos los internados para tratar de colaborar en lo que necesiten (a veces, simplemente una palabra de aliento).
En cuanto a lo expuesto, es solo parte de lo que experimenté personalmente, por tener a mi madre internada más de un mes y no tengo palabras para expresar mi gratitud por la preocupación y ocupación de todos los que la han asistido, sobre todo, porque tuve la posibilidad de comparar con el Policlínico Evita de Lanús, donde comenzamos con el problema de salud de mi madre y una doctora, se desentendió y prácticamente me dio a entender que por tener 83 años, no tenía sentido operarla, que tal vez, con un tratamiento, mi madre podría llegar a vivir un año.
En el Clínicas, no interesó la edad, importó la persona y tratar de salvar su vida, encontrándose hoy mi madre en franca mejoría y diagnóstico favorable.
Quiero resaltar la atención de la doctora Maldonado y todo su equipo, mi especial agradecimiento a los doctores Lucio Ratto (foto), Soledad Cepeda, Alberto Ustarroz, Yanina Vera y Ana Clara Schulman, con quienes conviví tantos días en el hospital y que atendieron con esmero y paciencia a mi madre y también a nosotros cuando teníamos alguna duda y nos brindaron respuesta y contención. A todas las enfermeras del 5° piso de ginecología que han sido parte importante en la recuperación, especialmente Karina Franco.
Pasando a otro tema, también cabe destacar la limpieza de todo el hospital, que a pesar de la gan cantidad de gente que camina por los laberínticos pasillos, es impecable. Si hay algún papelito o cajitas de jugo tiradas en algún lugar, es la falta de la educación y respeto de algunas personas que no utilizan los cestos.
Hasta aquí, todo muy bien, pero... lamentablemente, es de conocimiento público el estado en que se encuentran la mayoría de los hospitales y el Clínicas no es la excepción.
Se hace imperiosa la necesidad de encontrar soluciones para poder optimizar el lugar en el que trabajan médicos de excelencia y enfermeros, para satisfacer tan importante demanda.
El inmenso edificio sufre un gran deterioro que se hace visible en el desprendimiento de partes de cielo raso, por ejemplo donde se esperan los ascensores Nro. 4 y 5 de la planta baja. Cables colgando sobre algunas paredes que implican un serio peligro, buena parte de los ascensores que no funcionan, son solo algunos de los problemas edilicios que deberían solucionarse con carácter de urgente. Asimismo hemos podido comprobar que faltan sillas de ruedas para desplazar a un gran número de personas que no pueden hacerlo por sus propios medios, faltan insumos de uso permanente, etc, etc. Esto es solo lo que yo he podido observar y considerando que el Clínicas es un Hospital Escuela, del que debemos estar orgullosos, sería bueno que se asigne mayor presupuesto para este tipo de cosas que son prioritarias y esa es una responsabilidad del Estado.
Tal vez, sería bueno asignar un presupuesto menor a algunos temas superfluos y destinar mayores recursos a mejorar lo que es realmente importante, la salud. Ojalá este reclamo que hago desde mi humilde lugar sea escuchado y atendido, que no ocurra como con mi madre en el Hospital Evita, el Clínicas puede y debe salvarse como ellos salvaron a mi madre!!!
Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (5033) Fecha de publicación (08/04/11)
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