|
Invasión de palomas en Recoleta
En los últimos tiempos se nota una mayor cantidad de palomas en el barrio de Recoleta como también en los vecinos barrios de Retiro, Palermo y el centro de la ciudad.
Este aparentemente inofensivo plumífero, es plaga en muchas ciudades del mundo y sus excrementos no solo ensucian, sino que dañan las fachadas de los edificios.
Hace ya varios meses, hicimos una nota poniendo como ejemplo el edificio de la Facultad de Ingeniería, en Av. Las Heras entre Azcuénaga y Cantilo, en el cual puede apreciarse en los arcos ojivales, una acumulación de excremento que es una inmundicia y que corroe aún más el estado de abandono de este emblemático edificio, que día tras día es fotografiado por gran cantidad de turistas.
Más allá de la suciedad también pueden ser causa de enfermedades, según indican los expertos que estudian este fenómeno y que genera gran preocupación en los vecinos que se ven más afectados, como por ejemplo quienes viven en la manzana de Ayacucho, Peña, Junín y Juncal, que son los que más denuncias hicieron. Dicen que no las quieren en sus balcones porque ensucian y porque hacen nidos en las macetas y cuando nacen los pichones se llenan de moscas y piojos.
Por ley no se puede atentar contra ellas y los vecinos apelan a distintas formas caseras y gastan dinero en aparatos que prometen ahuyentarlas.
Una perlita: Aunque no es fácil establecer cuándo llagaron las primeras palomas a Buenos Aires, el primer registro oficial dice que en 1930 el señor Benito Costoya armó un criadero de palomas en la Costanera Sur. Y que más tarde, en 1934, soltó unas cinco mil en homenaje al Congreso Eucaristico nacional que se desarrolló ese año en la ciudad. A partir de entonces, se multiplicaron y es muy difícil establecer el número aproximado de las palomas que habitan actualmente la ciudad.
Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (1832)
Fecha de publicación (04/12/11)
Contador gratis
| 
