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Peatonal María Luisa Bemberg

Se inauguró en Puerto Madero una calle peatonal que lleva el nombre de la destacada guionista y directora de cine, que con su film Camila estuvo nominada a un Oscar. Fue una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina.

Especializada en la problemática femenina (y su situación y enfrentamiento a la sociedad patriarcal argentina) evidente en sus películas Señora de Nadie (1981), Miss Mary (con Julie Christie, 1986) y De eso no se habla (1993, con Marcello Mastroianni) obtuvo notable repercusión internacional con películas enfocadas en famosas mujeres de la historia latinoamericana como Camila sobre Camila O'Gorman con Susú Pecoraro e Imanol Arias que fue nominada al Premio Óscar como mejor filme extranjero en 1985 y Yo, la peor de todas (1990) sobre Sor Juana Inés de la Cruz con Assumpta Serna y Dominique Sanda.

El vicepresidente 1° de la Legislatura, Cristian Ritondo, y la diputada Carmen Polledo, inauguraron el 3 de diciembre la calle peatonal María Luisa Bemberg en homenaje a la reconocida cineasta, en la avenida Rawson de Dellepiane 151, en el barrio de Puerto Madero.

En la oportunidad Ritondo expresó: "María Luisa Bemberg ha sido una artista fundamental en la historia del cine argentino. Sus creaciones, que la llevaron en el caso de la película Camila a la puerta del oscar, fueron películas realizadas en su madurez, respetando y destacando siempre la lucha de las mujeres por un espacio digno en nuestra sociedad" y agregó "Fue una activa militante del feminismo, lo que la llevó a fundar la Unión de Mujeres Feministas de Argentina. Por eso, la mujer, sus debilidades, sus fortalezas y sus voces acalladas, fueron el desvelo de esta artista. Este es nuestro modo de hacerla presente, reconocerla una vez más y exponer su nombre para que las futuras generaciones sepan valorar y reconocer su obra en toda su dimensión social y política".

A su turno, la diputada Polledo destacó: "Rebelde, feminista, comprometida, talentosa, María Luisa nos enseña que es posible iluminar y traspasar los límites. Poder volver a rendirnos frente a su talento y para que esta calle peatonal de Puerto Madero, inundada de sol y de estrellas lleve su nombre, como una llamada por siempre para todos aquellos y aquellas que se animen a romper con los estereotipos, con los 'moldes' del miedo y del hartazgo y se animen a soñar un mundo mejor".

María Luisa Bemberg nació en la ciudad de Buenos Aires el 14 de abril de 1922, en el ámbito de una familia tradicional ampliamente vinculada a la industria, el comercio y también a las artes.

Según destaca Leonor Calvera, “De acuerdo con los dictados de la época para las niñas, no recibió una educación formal, carencia que compensó con una curiosidad intelectual sin tregua que le permitió adquirir un amplio bagaje intelectual”. Se casó a los 22 años con el arquitecto Carlos Miguens y tuvo cuatro hijos. Durante esos años, fue sintiendo cada vez con mayor agudeza que ser solo “la señora de..” le dejaba un gran vacío interior. A pesar de su amor por los hijos no los creía suficientes para su realización personal; como ella misma afirmó, “hay que haber tenido cuatro hijos para saber que no bastan”.

Desde la infancia había mostrado una intensa atracción por lo teatral que la llevó a vincularse, en 1949, al antiguo teatro Smart. Le siguió luego el Astral –donde obtuvo muy buenas críticas–, hasta fundar, junto con Catalina Wolf, el Teatro del Globo. Durante los años que lo dirigió fue adquiriendo una experiencia muy valiosa, tanto en la marcación de actores como en los demás componentes de un espectáculo. A principios de la década del 70 hizo sus primeras incursiones en el cine, escribió el guión de Crónica de una señora, que dirigió en 1971 Raúl de la Torre. Fernando Ayala fue luego el director de su segundo libro, Triángulo de cuatro (1975).

Simultáneamente había comenzado la fuerte militancia por los derechos de la mujer, abre el camino hacia el debate social al participar de la Unión Feminista Argentina y de distintas campañas tendientes a crear conciencia sobre la situación femenina en la sociedad y los roles tradicionales que la limitan como persona. En apoyo de sus ideas filmó dos cortometrajes: El mundo de la mujer (1972) y Juguetes (1978).

En sus siguientes filmes, María Luisa va a universalizar el ansia de autonomía de sus protagonistas, llevándolas a enfrentarse con los poderes constituidos: familia, Estado, Iglesia. En Señora de nadie (1982), en los trágicos amores de Camila O’Gorman y el cura Ladislao Gutiérrez durante los tiempos rosistas (Camila, 1984), en la insensibilidad histórica de la aristocracia terrateniente de los años 30 y 40 (Miss Mary, 1986.

Momentos fue premiada en Cartagena y Chicago; Señora de nadie en los festivales de Taormina y Panamá; Camila fue candidata al Oscar de la Academia de Hollywood; Miss Mary recibe los lauros de los festivales Tokio y Venecia.

Todas las películas de María Luisa contienen rasgos autobiográficos. Pero acaso sea en Yo, la peor de todas (1990), donde lo individual se manifiesta más nítidamente. La vida de Sor Juana que, según la propia cineasta, “fue la primera feminista del continente americano”, no podía sino fascinarla. Rebelde, por momentos iracunda, con un enorme afán de conocimiento y un profundo sentido de la independencia, son cualidades con las que puede definirse tanto a María Luisa como a la monja, destaca Leonor Calvera. Vale recordar que esta obra fue premiada en Chicago, Cartagena, Venecia y La Habana.

El último filme de María Luisa fue De eso no se habla (1994). Si bien conserva el sello Bemberg, hay un notorio cambio de registro en esta narración sobre los amores de un extranjero con una enana. Deja aquí la narración literal y opta por la vía de la metáfora, lo onírico, la sátira, dentro de un cuadro costumbrista magistralmente recreado.

Nunca dejó de ser una trabajadora infatigable. Ya enferma, encontró la energía suficiente para dar forma a su último guión, El impostor, cuya realización no pudo llegar a ver. Dirigida por Alejandro Maci se estrenó en 1997.

Falleció el 7 de mayo de 1995, a los 73 años y dos meses antes de su deceso, a través de sus hijos, donó su pinacoteca personal, compuesta por 27 obras de artistas rioplatenses, al Museo Nacional de Bellas Artes.


Luis Leoz www.conozcarecoleta.com.ar (6279) - Fecha de publicación (08/12/12)



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