Muestra de Pío Collivadino
El miércoles 23 de julio quedó inaugurada una muestra de Pío Collivadino, en el Museo Nacional de Bellas Artes, situado en Avenida del Libertador 1473, en el barrio de Recoleta, donde estará expuesta hasta el 25 de agosto y podrá ser visitada de martes a viernes, en el horario de 12.30 a 20.30 y los sábados y domingos, de 9.30 a 20.30 horas.
La muestra "Pío Collivadino Buenos Aires en Construcción" es la recreación pictórica de una ciudad que se iba transformando, desde la gran aldea de casas bajas a la Metrópolis Moderna, con los primeros edificios altos y en la que se aprecia el crecimiento económico que se hacía visible en la construcción de frigoríficos, silos, usinas, puentes y bancos. Una Argentina que avanzaba hacia un futuro próspero, un país que era todo un modelo agroexportador, generador de una bonanza económica. Parte de eso fue plasmado por los pinceles de Collivadino, como testimonio de lo que él veía y contaban sus pinturas.
La directora ejecutiva del MNBA, Marcela Cardillo, presentó esta retrospectiva como un símbolo de la cooperación interdisciplinaria entre el Museo Pío Collivadino y la Universidad de San Martín, que tuvo a su cargo la restauración de las pinturas y es también ahora custodio de los valiosos archivos de la Fundación Espigas. Señaló el invalorable aporte de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes, representada por su presidente, Julio Crivelli, y por Josefina Blaquier, para la realización de este digno homenaje. La curadora, Laura Malosetti Costa destacó la colaboración del Museo de Cine para la exhibición de películas mudas de la época, en la que se ven "nacer" soberbios edificios como el Plaza Hotel.
Pío Collivadino había nacido en 1869 en Barracas, hijo de carpinteros y constructores lombardos. Tenía diecinueve años cuando viajó a Italia para estudiar pintura en una bottega romana y regresó formado como artista, animado por la curiosidad del joven que asistía al nacimiento de la metrópolis. Ha sido un pintor con un gran poder de observación que le permitió volcar en sus pinturas, esas escenas de la vida cotidiana y el entorno, el paso a la modernidad. Creció como docente y director de la Academia Nacional de Bellas Artes durante tres décadas. Fundó la cátedra de Grabado. Era un grabador eximio. Murió el 26 de agosto de 1945, a los 76 años.
Quienes conocieron al artista, cuentan que más allá de sus dones naturales para la pintura, ha sido un hombre muy generoso, el primero en comprarle un cuadro a Quinquela Martín y el que alentó al talentoso Spilimbergo.
Collivadino amaba Buenos Aires y la recorrió en un taller rodante arrastrado por caballos. Pintó principalmente la zona del Riachuelo e influyó en la pintura más bien autodidacta de La Boca. Su obra es muy apreciada por los conocedores.
Una de sus obras, "La hora del almuerzo", representó a la Argentina en la Bienal de Venecia de 1903, es el cuadro central de la exposición. Un trabajo de gran calado que lo muestra en pleno dominio de su arte. Los gestos, la ropa y hasta el ambiente de trabajo, propio de una escena costumbrista, ganan potencia por el tratamiento naturalista de la escena.
En una de las paredes del pabellón donde se presentan las obras de Collivadino, puede leerse una cita de Borges que habla de los "colores blandos"; ésos son los que Collivadino elige. Una paleta con sordina para pintar la ciudad y sus gentes, lo cotidiano de manera sublime.
Las obras proceden de la colección del MNBA, del Museo Pío Collivadino, del Museo Sívori, del Museo del Tigre, del Palacio de Hacienda y de colecciones particulares. No está el primer envío argentino a la Bienal de Venecia en 1901. Collivadino representó al país ese año con Vida honesta; el cuadro no volvió. Fue adquirido en la misma muestra por el Museo de Udine.
www.conozcarecoleta.com.ar 3803 - Publicado: 01/08/13
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