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Piden semáforos para la Villa 31
Nadie desconoce la realidad de la Villa 31 y la 31 bis, que en los últimos años, han crecido en forma desmesurada. Se expandió y creció en altura.
Las villas siempre han estado retiradas de la ciudad, pero, poco a poco y con la llegada de inmigrantes a nuestro país, todos han querido instalarse en la ciudad y lo han hecho a su antojo, sin que se les ponga freno.
En campañas electorales de hace una década, los posibles candidatos afirmaban que iban a erradicar las villas, pero... las palabras las llevó el viento y lejos de erradicarlas, las van urbanizando. Lo que algunos nos preguntamos es: ¿qué ocurrirá si se derrumba alguna de esas viviendas que llegan hasta cuatro y cinco pisos de altura?
Muchas veces la respuesta a esa pregunta ha sido que es casi imposible, porque la mayoría de los que habitan las villas son paraguayos, bolivianos, peruanos y "los que trabajan", lo hacen en la construcción, por eso, saben cómo construyen.
Pero ese no es el tema, que es mucho más complejo de lo que parece, porque a juzgar por los hechos, cualquiera podría elegir un lugar que le agrade y construir su casa, algo que no está permitido, ¿o sí?.
Una cosa es que el gobierno ayude a que la gente pueda tener una vivienda digna y otra muy distinta es lo que está ocurriendo.
¿Por qué en lugar de dar pescado no enseñamos a pescar? Esto sería: ya que saben trabajar en el rubro de la construcción, por qué no darles trabajo, hacerlos construir sus propias casas, que cobren un sueldo por su trabajo y con eso, que paguen su vivienda con un crédito a plazo razonable. Eso es dignificar, que trabajen y ganen el dinero para pagar sus viviendas. Al resto de los porteños no nos regalan nada, trabajamos, pagamos nuestros impuestos y nuestros gastos y si no llegamos a fin de mes, no hacemos piquetes ni pedimos ayuda al gobierno y si no pudimos pagar la luz o el gas, nos cortan el servicio y no nos colgamos del cable del vecino.
Ahora, cuando ya tienen prácticamente todas sus calles asfaltadas, los habitantes de las villas 31 y 31 bis, en Retiro, dicen que la urbanización aportó una problemática desconocida en los asentamientos: el tránsito caótico. Días atrás, la Ciudad instaló los primeros tres semáforos en el límite entre ambos predios, separados por el eje de la autopista Illia, y también colocó reductores de velocidad para evitar accidentes con los peatones.
Los vecinos también piden que se ordene... el estacionamiento. Entonces, el gobierno intenta organizar el tránsito en calles angostas que serpentean entre casas apiladas de hasta seis pisos y con una población de 40.000 habitantes. Porque si bien los límites de sus 15,5 hectáreas están condicionados, tienen vía libre (clandestina) para trepar en altura.
Algunas de las señoras que viven en las citadas villas se quejan porque desde que se asfaltó, los autos pasan a gran velocidad y hace poco, una moto atropelló a un niñito. El padre del chiquito vio lo que pasó y, mientras la madre atendía a su hijo, el hombre entró a su casa, buscó un arma, salió y le pegó un tiro al que manejaba la moto. Le dio en el hombro y no lo mató de casualidad.
Ahora, ¿por qué esa criatura estaba en la calle? ¿lo ocurrido, no es también responsabilidad de sus padres???
La villa demanda y los postulantes a nuevos cargos políticos, en pleno período de elecciones, dan lo que se les pide, probablemente para captar más votos, pero perjudicando a quienes también votan, los vecinos que viven en los alrededores de esas villas...
www.conozcarecoleta.com.ar (3504) - Publicado: (04/05/15)
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