Créase o no...
Cuando visitamos el Cementerio de Recoleta, podemos ver que algunas esculturas realizadas en bronce, toman una coloración verdosa o cardenillo, que se genera en ciertos metales, al estar expuestos al aire libre.
Sin embargo, en ciertas partes de algunas esculturas, se ve claramente el color del bronce y ¿a qué se debe que en esas partes no se haya formado cardenillo? A algunas leyendas urbanas que cuentan que frotando esa parte se produce algún milagro, o se cumple algún deseo.
Así como en Recoleta, una de esas esculturas es la de la joven Liliana Crociatti (fallecida durante su luna de miel), vestida de novia y acompañada de su perro Sabú, a quien las chicas le frotan el hocico para pedir novio y por eso se ve esa parte del perro bien dorada, he comprobado algo realmente curioso e insólito cuando visité el Cementerio Pére Lachaise en París.
En ese cementerio francés, donde descansan ilustres personalidades como Moliere, La Fontaine, Oscar Wilde y figuras populares como Edith Piaf o Jim Morrison, y tantos otros, se encuentra el sepulcro de Victor Noir, que había sido un reportero francés, famoso por la forma en que murió.
Noir trabajaba en el diario La Marseillaise y en 1869 escribió algo en contra de Napoleón Bonaparte, que molestó a sus descendientes, a tal punto, que Pierre Bonaparte, primo de Napoleón, exigió por lo que consideró injurioso, una compensación y retó a duelo a Noir, quien terminó muerto, justo un día antes de su boda.
Su sepulcro se convirtió con el tiempo en un símbolo de fertilidad.
Victor Noir murió el 10 de enero de 1870. Lucía el primer y único traje negro, corbata y camisa nueva que su ascenso dentro del diario socialista La Marseillaise le había permitido costearse. Al morir, tenía apenas 21 años. Su tumba, en la división 92 del cementerio Père-Lachaise, atrae tantos visitantes como la de Jim Morrison, Oscar Wilde o Chopin.
La escultura colocada sobre su sepulcro fue realizada en bronce por el artista Jules Dalou. En ella se ve al reportero yacente, muerto en el piso. Originalmente, su tumba fue lugar de culto para los republicanos franceses, pero a partir de los años 60 se convirtió en un lugar muy visitado por las solteras de medio mundo que se acercan hasta la bragueta del reportero para frotarla y depositar allí sus mejores deseos de fertilidad.
Cierta o no, la leyenda tiene un desfachatado ritual que consiste en depositar una flor en el sombrero esculpido en un costado del conjunto escultórico, besar los labios de Noir, tocarle los pies y, por último, frotar sin pudor su entrepierna.
La leyenda agrega que además de pedir fecundidad, también se le puede manifestar el deseo de una vida sexual plena e incluso de conseguir una pareja entre los solteros.
¿Se cumplirán los deseos?
Créase o no, la zona pudenda de la estatua de Víctor Noir es la más acariciada y se ha vuelto dorada por el roce.
www.conozcarecoleta.com.ar (2874) - Publicado: Jueves 28/01/16
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