Bernardino Rivadavia Un primer presidente que quedó en el olvido
El miércoles se cumplen 175 años del fallecimiento de Bernardino Rivadavia, cuyos restos descansan en un mausoleo, situado en Plaza Miserere. Murió en la ciudad de Cádiz, España, el 2 de septiembre de 1845.
Resulta curioso, que en nuestro país, donde se conmemoran las fechas de la muerte de los héroes de nuestra Patria, no se lo recuerde, ya que fue considerado el primer presidente de Argentina y de hecho, muchos solemos decir cuán preciado es para los políticos, "ocupar el sillón de Rivadavia". Otra curiosidad es que habiendo sido Rivadavia, quien creó el Cementerio de Recoleta, sus restos actualmente no descansan allí. Aunque originalmente estuvo, pero en 1932 fue trasladado a su ubicación actual en un mausoleo realizado por Rogelio Yrurtia en Plaza Miserere, inaugurado el 3 de septiembre de ese año.
Vale la pena aclarar ciertas dudas que muchos tienen debido a que consideran que Rivadavia fue el primer presidente. En realidad, aunque Bernardino Rivadavia fue, en 1826, el primer presidente, al haber sido designado por el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, no fue constitucional (la Constitución Nacional fue sancionada en 1853). Justo José de Urquiza, en 1854, fue constitucional, pero de la Confederación Argentina y Bartolomé Mitre, en 1862, fue presidente constitucional de la Nación Argentina, por lo tanto, Mitre es considerado el primer presidente de la Nación.
También es interesante dar a conocer que el actual sillón que ocupan los presidentes de la Nación, no es el que usó Rivadavia durante su mandato. El sillón del actual escritorio presidencial corresponde a la primera presidencia de Julio Argentino Roca, data de 1885 y fue adquirido en la Casa Forest de París a fines del siglo XIX, siendo utilizado desde entonces por todos los presidentes de nuestro país e incluso, también se sentó Balcarce, un perro al que el ex presidente Macri le permitió ocuparlo para ser fotografiado, actitud muy criticada en su momento.
Bernardino Rivadavia, había nacido en Buenos Aires el 20 de mayo de 1780. Inició sus estudios en el Colegio de San Carlos, en 1798, donde cursó gramática, filosofía y teología, pero no se graduó en ninguna de estas materias, abandonando los estudios en 1803.
Durante las invasiones inglesas (1806-1807) se incorporó a las milicias, con el grado de Capitán y en 1809 contrajo matrimonio con Juana del Pino y Vera Mujica, hija del octavo virrey del Río de la Plata, Joaquín del Pino. Vivieron en la calle Defensa 453 y tuvieron cuatro hijos.
Participó del Cabildo abierto del 22 de mayo, votando por la destitución del virrey y cuando se creó en Primer Triunvirato, fue nombrado Secretario de Gobierno y Guerra.
La “revolución” del 8 de octubre de 1812, cuando las tropas de San Martín y otros cuerpos militares, se hicieron eco del descontento popular y derrocaron al primer Triunvirato, reemplazándolo por otro, afín a las ideas de la Logia y la Sociedad Patriótica, compuesto por Nicolás Rodríguez Peña, Juan José Paso y Antonio Alvarez Jonte, Rivadavia se retira de la escena militar por dos años.
En 1814 junto a Manuel Belgrano emprendió una misión diplomática en Europa, con el objeto de obtener apoyos para la revolución. El fracaso de la misión fue rotundo. Belgrano regresó en 1816, pero Rivadavia permaneció en Londres hasta 1820. En el viejo mundo se relacionó con contactos importantes del ámbito de los intelectuales, los políticos y economistas de España e Inglaterra que le aportaron mucho para su formación, muy útil para los años venideros.
En 1821, Martín Rodríguez fue nombrado Gobernador de Buenos Aires y designó a Bernardino Rivadavia como Ministro de Gobierno, un cargo muy importante equivalente al de un Primer Ministro actual y realizó varias reformas importantes, entre las que podemos citar: dictó una ley de olvido para promover la pacificación que permitió el retorno de desterrados como Alvear, Sarratea, Soler, Dorrego y Pagola; lanzó una reforma eclesiástica que le traería graves problemas ya que suprimió los fueros eclesiásticos y confiscó propiedades de las órdenes religiosas (por ejemplo el huerto de los Recoletos, donde en 1822 creó el primer Cementerio público, actual Cementerio de Recoleta); fundó la Universidad de Buenos Aires, la Sociedad de beneficencia y el Colegio de Ciencias Morales y además tomó varias medidas económicas.
En 1823 puso en marcha su plan de organizar al país, reunió un Congreso con el fin de dar una Constitución al país y en diciembre de 1824 representantes de todas las provincias de la época -incluidos los de la Banda Oriental, Misiones y Tarija- comenzaron a sesionar en Buenos Aires, cuyo gobierno era ejercido por Las Heras, de manera provisoria. El Congreso tomó diversas medidas, entre ellas la Ley Fundamental, la Ley de Presidencia y la Ley de Capital del Estado, con el objetivo de convertir en permanente el cargo provisorio y el candidato elegido fue Bernardino Rivadavia.
Ocupó el cargo de presidente desde el 8 de febrero de 1826 hasta el 27 de junio de 1827, cuando renunció a su mandato y se retiró definitivamente de la vida pública. Viajó a Francia, dejando a su familia en Buenos Aires y regresó en 1834, pero el gobierno de Viamonte le impidió desembarcar, hizo subir a su familia al barco y todos se exiliaron, primero en Colonia, luego en Brasil (donde falleció su esposa en 1841) y Rivadavia, decidió partir rumbo a Cádiz. A los 65 años hizo modificar su testamento, en el que solicitaba que su cuerpo «no volviera jamás a Buenos Aires». Sin embargo, murió el 2 de septiembre de 1845 y sus restos fueron repatriados en 1857 y desde 1932 descansan en el mausoleo levantado en su honor en Plaza Miserere.
www.conozcarecoleta.com.ar (5725) - Publicado: Martes 01/09/20 - Foto: Luis Leoz
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