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El estatus de la muerte tiene un precio
Según lo publicado por un medio gráfico, a pesar de la crisis económica que atraviesan todos los sectores, el estatus de la muerte y obtener una bóveda en el Cementerio de Recoleta no ha perdido su vigencia y aún existen personas dispuestas a pagar un alto costo por la última morada que los hace sentir jerarquizados.
Su valor por metro cuadrado es tres veces más alto que un inmueble para vivienda en el mismo barrio. Claro está que en este momento, aunque hay gran cantidad de bóvedas que se ofrecen a la venta, son pocas las operaciones inmobiliarias, ya que una cosa es querer y otra poder pagar por esos espacios, que mantienen sus precios altos y los dueños parece que no están dispuestos a negociar una rebaja.
 Se estima que el precio promedio del m2 en el cementerio de La Recoleta es de u$s 10.000, tres veces más de lo que cuesta el m2 para un departamento en la zona.
La dueña de una reconocida inmobiliaria comentó que “Los precios no se van a acomodar a la baja porque se trata de verdaderas reliquias, son monumentos, parte del patrimonio histórico. Algunas cuentan con esculturas de Lola Mora”, detalló la señora. En realidad, solo una de las bóvedas tiene obras de la destacada escultora, se trata de la que pertenece a la familia López Lecube, sobre la calle principal, frente al Cristo Redentor, ubicado en el centro del cementerio.
Otros agentes inmobiliarios consideran que tanto la Recoleta como Chacarita pasaron de moda y uno de ellos agregó: Jamás hubiese pensado en que Maradona iba a ser enterrado en un cementerio privado, debería estar junto a su familia en Recoleta como Eva Duarte”. Ocurre que Diego fue un reconocido futbolista pero no tiene, ni le hubiese importado, tener ese estatus social que se asocia con la necrópolis de Recoleta. Tal vez hubiese sido más acorde sepultarlo en el Cementerio que hizo Boca para sus futbolistas y seguidores, cuenta con alrededor de tres mil parcelas y tiene un sector destinado a las glorias del Club. Cuando se inauguró el cementerio xeneize, en octubre de 2016, fueron trasladados allí, Juan Estrada y Julio Musimessi, que habían sido sepultados en otros cementerios.
Recoleta fue el primer cementerio público en la ciudad de Buenos Aires, inaugurado en 1822 y se ha caracterizado porque allí descansan héroes de la Patria, dos premios Nobel, destacados médicos, escritores, presidentes y gente de la alta sociedad que hacía de esa necrópolis su lugar de pertenencia. Precisamente, lo que no vamos a encontrar son deportistas, excepto el boxeador, Luis Angel Firpo, Martín Karadagián y algunos automovilistas, que están allí por pertenecer a familias de la alta sociedad porteña, como Carlos Menditeguy o Rodolfo de Alzaga.
www.conozcarecoleta.com.ar (2731) - Publicado: Miércoles 02/12/20
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