Hace 25 años Lady Di estuvo en Recoleta
La Princesa de Gales estuvo en Buenos Aires y se alojó en la Embajada Británica, Luis Agote al 2400, en el barrio de Recoleta.
Llegó a Buenos Aires el 23 de noviembre de 1995, tras separarse del Príncipe Carlos, "Eramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”, dijo en una entrevista histórica que 48 horas antes ofreció al programa BBC Panorama conducido por el periodista Martin Bashir.
El avión que la transportaba aterrizó en Buenos Aiares pasado el mediodía, lo primero que hizo en nuestro país fue trasladarse a la embajada de Gran Bretaña, en el barrio de Recoleta. Llegó en un lujoso automóvil Jaguar, acompañada por varios autos de custodia. Ya instalada y debido al calor reinante, ante el asombro de los allí presentes, se zambulló en la piscina.
Al día siguiente visitó la Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil (ALPI). Luego se acercó al Servicio Nacional de Rehabilitación y más tarde fue a ver a los chicos internados en el Hospital Garrahan. Cerró la jornada asistiendo a una cena en su honor, que fue acompañada con música de tango.
Al día siguiente se dirigió a la Quinta Presidencial de Olivos, donde se entrevistó con el presidente Menem. Después subió a una formación del Tren de la Costa, con el objeto de visitar el Hospital Municipal de San Isidro. Por la noche asistió a otra cena de ALPI en el Palacio del Correo.
El sábado 25 partió en el Tango 03 rumbo a Puerto Madryn, Chubut, donde, a bordo de una lancha, asistió al famoso avistaje de ballenas. Su próxima parada sería la mencionada ciudad de Gaiman, donde visitó una tradicional casa de té.
Alejandro Sangenis, periodista de Gente, quien la entrevistó durante la visita de hace un cuarto de siglo, le preguntó:
"¿Qué imagen se lleva de nuestro país?"...
Y la princesa respondió "Estoy maravillada con la Argentina. Es un país extraordinario, increíble. Me impacta la calidad de su gente, como las bellezas y los recursos que tienen. No le encuentro explicación alguna a que Argentina no sea una potencia en el mundo, porque lo tienen todo: tienen médicos y profesionales excelentes, habitantes solidarios, personas muy cálidas. Siento que encontré un país único. Me voy tan maravillada como extrañada de que no se hayan convertido en uno de los líderes del planeta, aunque creo que pronto lo serán".
¿Cómo era Diana en la intimidad de la Embajada Británica, durante su estadía en Buenos Aires?
Una de las personas que mejor la conoció es el histórico mayordomo de la residencia, Samuel Victoria, más conocido como Sam, quien acaba de recibir un reconocimiento después de 25 años de trabajo en la sede diplomática inglesa. Bajo su asistencia pasaron siete embajadores, recibió a varios miembros de la realeza, y conoció a estrellas mundiales como los Rolling Stones.
Según cuenta Samuel "Cuando Diana llegaba en la limousine a la embajada, siempre muy elegante, yo la esperaba en la entrada. No usaba el ascensor, se sacaba los zapatos y subía por la escalera hasta su habitación”. "Prefiero descansar mis pies en la escalera roja", decía en alusión a la alfombra que cubría los escalones, recuerda Sam, quien se encargaba desde prepararle el desayuno hasta alcanzarle refrescos al jardín en medio de un caluroso verano porteño. "Era una persona relajada, sencilla, rompía el protocolo", asegura el mayordomo, quien estuvo a su disposición esmerándose para que la princesa se sintiera tranquila y a gusto dentro de la residencia.
Lo que más le llamó la atención a Sam era el interés de ella por el jardín. "Amaba el parque y la privacidad que allí podía encontrar", asegura. Cuenta que Diana hacía gimnasia, luego se bañaba en la piscina y caminaba por el jardín. "Un día me la encontré a mitad de camino del parque, cuando salía de la pileta. Ella, mirando el cielo me dijo emocionada que nunca había visto un cielo tan celeste y que estaba impresionada por lo lindo del jardín. Fue una alegría recibir sus elogios", contó con orgullo.
Según confiesa Sam, "Diana era de una sencillez tal que llamaba la atención. Temblábamos de la emoción al hablar con ella. Miraba a los ojos, se dedicaba a conversar con todas las personas", recuerda quien se esforzaba por brindarle privacidad luego de tantas actividades públicas que desarrollaba a lo largo del día. "Me impresionaba su energía y como ella siempre tenía todo planeado, todo organizado", agrega. Diana dormía en su habitación del primer piso desde donde observaba el jardín. Allí desayunaba con su fruta favorita, mango, junto a un bol con cereales.
Finalmente llegó el día de la despedida, la princesa debía partir con su comitiva a Londres. Tal como sucede en estos casos, ella firmó el libro de visitas de la residencia que le alcanzó el embajador y se despidió de Sam. No puede olvidar ese momento: "mirándome a los ojos me dijo que fue un placer conocer la residencia y conocerme a mí. Me derretí de emoción".
En ese momento Lady Diana Spencer tenía 34 años y murió poco tiempo después, el 31 de agosto de 1997, en un accidente automovilístico en París, convirtiéndose en un mito mundial.
www.conozcarecoleta.com.ar (5084) - Publicado: Jueves 26/11/20 Fuentes consultadas: Infobae, Revista Gente y Diario La Nación
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