Pericias complican a dos rugbiers en el caso Fernando Báez Sosa
Hace pocos días se informó que serían periciadas las zapatillas de los rugbiers que provocaron la muerte de Fernando Báez Sosa, el 18 de enero pasado, en la localidad de Villa Gesell.
Cuando se sabe que ya han transcurrido más de cuatro meses y recién ahora se analizarán las manchas hemáticas en las zapatillas, provoca cierta indignación, porque el que espera, desespera y para los padres de Fernando se hace insoportable la espera de una justicia que en nuestro país va demasiado lenta.
La terrible golpiza propinada por estos chicos a Fernando, ocurrió el 18 de enero pasado a la salida de un boliche de Villa Gesell y los diez agresores que participaron fueron detenidos. Actualmente, Thomsen, Benicelli, Cinalli, Ciro Pertosi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli y Ayrton Viollaz, continúan detenidos en la alcaidía de Melchor Romero, en La Plata, imputados como coautores del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas". Los otros dos imputados como partícipes necesarios son Juan Pedro Guarino y Alejo Milanese que fueron encarcelados meses atrás y permanecen en sus respectivos domicilios.
Las últimas novedades de este caso indican que dos de estos jóvenes quedaron más complicados, luego de hallarse su ADN en la camisa de uno de ellos y sangre del otro, en una uña del joven asesinado.
La fiscal de la causa, Verónica Zamboni, recibió los resultados de una serie de estudios de ADN realizados en laboratorios del Ministerio Público en Junín, que arrojaron como resultado que la sangre de Báez Sosa estaba en la camisa de Matías Benicelli y la otra prueba realizada por un hisopado a la uña del dedo meñique de Fernando, reveló que el ADN pertenece a Blas Cinalli.
Ahora, la fiscal Zamboni aguarda el resultado de la pericia de scopometría a la zapatilla atribuida a Máximo Thomsen, encontrada por la Policía Bonaerense en la mañana posterior al crimen. La pericia scopométrica comparará el dibujo de las suelas con la huella encontrada en el rostro de Báez Sosa.
También se encuentran pendientes los peritajes psicológicos y psiquiátricos solicitados por el juez de la causa, David Mancinelli, para los ocho rugbiers que están detenidos, aunque recién se llevarían a cabo cuando se decrete el final de la cuarentena, o al menos disminuya el riesgo de la situación epidemiológica, para evitar desplazamientos de los imputados fuera del penal en el que están alojados.
Estos estudios se iban a realizar entre el 13 y el 24 de abril pasado en la Asesoría Pericial de La Plata, pero debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio, se pospuso por tiempo indeterminado.
Estos exámenes los pidió el juez a raíz del pedido de arresto domiciliario que hizo la defensa de los rugbiers.
En referencia a este hecho, también habrá que esperar el fin de la cuarentena para conocerse los informes socioambientales que el magistrado solicitó a la Asesoría Pericial del Departamento Judicial Zárate-Campana, para conocer quiénes viven en los domicilios fijados en la causa por cada imputado y quiénes serían eventualmente los tutores de conducta, qué dinámica familiar existe y la situación habitacional y laboral del grupo.
Lamentablemente, la pandemia está retrasando el accionar de una justicia que, de por sí, es muy lenta. Esperemos que la pandemia no traiga también el olvido de una causa que merece ser esclarecida cuanto antes, sobre todo para traer un poco de paz a esos padres que han perdido a su único hijo.
www.conozcarecoleta.com.ar (3539) - Publicado: Jueves 04/06/20
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