¿Sabés leer el etiquetado frontal de los alimentos envasados?
Ya fue aprobado el etiquetado frontal que deben tener los alimentos envasados que compramos. Se trata de octógonos negros que advierten acerca del contenido de ciertos alimentos, que podrían estar contraindicados para algunas personas, por eso es importante aprender a leerlos.
La advertencia indicada en los octógonos negros nos advierte si el producto contiene sodio, azúcar, grasas saturadas o grasas totales en exceso.
Esta ley de etiquetado frontal ha sido muy esperada, ya que personas que padecen ciertas enfermedades, como por ejemplo diabetes, celiaquía, hipertensión y otras, no sabían si determinados productos contenían ingredientes que no son convenientes para su salud y la letra tan pequeña dificulta poder leerlo. Ahora, el etiquetado frontal está bien visible aunque no es simple interpretar la tabla nutricional y por eso, hay que aprender acerca de ello.
El término “nutrientes” no solo se refiere a sustancias que contribuyen a nuestro desarrollo, sino a aquellas que nos proporcionan energía. Algunos productos contienen, en altas cantidades, los llamados “nutrientes críticos”, que reciben este nombre porque pueden perjudicarnos si los ingerimos en exceso. ¿Cuáles son? Los azúcares, el sodio, las grasas saturadas y las grasas totales.
Se dice que son perjudiciales porque están asociados a las patologías que más afectan a nuestra sociedad, como la obesidad, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares, cerebrales y renales y también provocan un desbalance en la microbiota, esos microorganismos que se encuentran en el intestino y son responsables de darnos inmunidad y facilidades biológicas para nuestra gestión emocional.
La finalidad del etiquetado frontal es hacer visible la presencia abundante de nutrientes críticos, prevenir la malnutrición y las enfermedades crónicas no transmisibles y empezar a empoderar a los consumidores: darles la posibilidad de elegir qué contienen los alimentos que llevan a su mesa.
Los octógonos negros en la cara principal de los envases nos advierten si un alimento o bebida no alcohólica contiene nutrientes críticos y un valor energético superior a los parámetros definidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
También deben indicarse aquellas sustancias que no se recomiendan en la niñez: Edulcorantes y Cafeína.
El alcance del etiquetado frontal no solo llega a las góndolas, sino también al ámbito escolar y en términos de marketing: los productos que posean alguno de los octógonos no podrán ingresar en los kioscos de las escuelas ni tener publicidades con licencias infantiles que condicionen al consumo de los más pequeños.
Cabe destacar que hay productos que están exceptuados de llevar los sellos: El azúcar común, los aceites vegetales, los frutos secos y la sal de mesa. Tampoco están obligados a llevar sellos los alimentos no procesados o mínimamente procesados como las verduras congeladas, las harinas o las legumbres.
Entre los consejos para llevar una vida más sana, los nutricionistas dicen que la clave de una buena nutrición no solo está en la calidad de las comidas, sino en la cantidad y la frecuencia. Hay que moderar el consumo de ultraprocesados y preferir siempre alimentos reales, en preparaciones caseras sin aditivos ni conservantes.
Es importante informarse acerca de que cuánto está de procesado el producto y si la persona tiene alergia o sensibilidad a alguno de sus componentes, como por ejemplo, al gluten o a los lácteos.
Cuando se trata de nutrición, cada persona es un mundo. Siempre se sugiere realizar una consulta con un especialista para conocer las cantidades particulares de macronutrientes que se necesitan para llevar una vida sana. De todas formas, el azúcar de la fruta no es el que tiene que preocuparnos, sino el que está enmascarado en los productos industrializados.
www.conozcarecoleta.com.ar (3865) - Publicado: Miércoles 07/09/22 - Fuente consultada: OSDE
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