El Instituto Nacional Sanmartiniano cumplió 90 años
El 5 de abril de 1933, el señor José Pacífico Otero fundó el Instituto Sanmartiniano, a fin de promover y fomentar el estudio del prócer. Acaba de cumplir 90 años desde su fundación y es un espacio abierto al público para todos los que deseen conocer más sobre el héroe máximo de nuestra Patria.
Es un Instituto de investigaciones históricas dependiente de la Secretaría de Gobierno de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina, ubicado en la Casa Grand Bourg en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Palermo, dedicada al legado del general José de San Martín, el libertador de Argentina, Chile y Perú. Su actual Presidente es Eduardo García Caffi.
Las primeras reuniones del Instituto se realizaron en el domicilio particular de Otero, ubicado en Florida al 700 y más tarde, en el Círculo Militar -entonces conocido como Palacio Paz. Otero falleció en 1937 y su viuda, Manuela Stegman, se dedicó a continuar la tarea de su marido.
La señora de Otero pidió a la municipalidad un terreno con el compromiso de construir la sede del Instituto. Cedida esta manzana de Barrio Parque, encomendó al arquitecto Salas la construcción de una casa que reprodujera en mayor escala la de Gran Bourg, donde había vivido el Gral. San Martín. Fue inaugurada en agosto de 1946 y responde al estilo Academicista Francés.
San Martín vivió en Grand Bourg desde 1834 hasta 1848. Ante el clima revolucionario creciente en Francia, abandonó Grand- Bourg y París y se instaló en Boulogne- Sur-Mer, donde falleció el 17 de agosto de 1850.
La casa de Grand-Bourg, se hallaba a 7 kms. de París. Su extensión era de escasas 70 áreas.
Es interesante tomar conciencia sobre San Martín como hombre, más allá de su gesta libertadora. Información con la que cuenta el Instituto Sanmartiniano da cuenta que la casa del Libertador, en Gran Bourg tenía un piso bajo y dos altos: en la planta baja, se encontraban el salón, el comedor y la cocina; el primer piso tenia cinco habitaciones y tres el segundo. Su techo era de pizarra. El nuevo habitante introdujo algunos cambios edilicios. La sede actual del Instituto Nacional Sanmartiniano es una réplica, con leve modificación de escala, de la residencia francesa. La casa estaba rodeada de un vasto parque: una huerta con árboles frutales, un jardín, un invernáculo y algunas dependencias en ese terreno circundante.
El Libertador se entretenía en el cuidado del jardín y algo de la huerta.
Casada Merceditas con Mariano Balcarce, en 1832, fueron a vivir a Grand- Bourg y allí crecieron las dos nietecitas: Mercedes, nacida en Buenos Aires, y Josefa, en aquella casa de campo, en 1836. Allí lo visitaba Florencio Balcarce, hermano de Mariano, el autor de "El cigarro", poema escrito en Grand Bourg, en el que reflexiona sobre lo efímero de la gloria humana.
Vale la pena conocer algunos detalles de la vida íntima de San Martín:
- Le agradaba la vida reposada y aislada que el lugar le permitía.
- Sus jornadas eran ordenadas y apacibles. Allí pasaba de 8 a 9 meses del año, con salidas a sitios más cálidos durante el invierno.
Sus cartas registran su gusto por esa sosegada existencia. Se levantaba con el alba, preparaba su desayuno, consistente en té o café, que tomaba en un mate con bombilla. Luego pasaba a sus tareas habituales: el picado de tabaco, que fumaba en pipa y, a veces, en chala; el trapicheo, como llamaba a la tarea de limpiar y lustrar su colección de armas; la realización de pequeñas obras de carpintería, a la que era afecto; o, bien, iluminaba litografías, como entonces se decía al colorear de estampas, particularmente de barcos, paisajes marinos y escenas campestres; algunas de estas piezas han llegado hasta nosotros.
El mismo cosía sus ropas, según el hábito adquirido en el ejército, que no quería abandonar pese a los reclamos de su hija. Tenía un perrito de aguas, un "choco", traído de Guayaquil, al que adiestraba en pruebas de obediencia. Hacía paseos a caballo por las inmediaciones. De regreso, descansaba en una vieja poltrona, donde tomaba mate, fumaba y leía.
La lectura fue la más sostenida de sus distracciones. Lo hacía en inglés, italiano y, naturalmente, francés. Era amigo de leer periódicos particularmente americanos. En 1848, el agravamiento de sus cataratas lo limitó en ello. Su biblioteca personal aún se conserva en nuestra Biblioteca Nacional.
Dormía en una simple cama de hierro, comía asado, de preferencia, y bebía vino con sobriedad. Parte considerable de su tiempo lo destinaba a ordenar los papeles y documentos de su archivo personal.
Había planeado escribir sus memorias, que esperaba se dieran a publicidad después de muerto. No avanzó en esta tarea; solo alcanzó a trazar una cronología de los hechos que protagonizó, desde 1813 a 1832, acompañada con documentos probatorios. Finalmente, no compuso sus Memorias.
En los alrededores de la réplica de su vivienda, sede del Instituto Sanmartiniano, hay un marinero, un soldado de infantería y entre ambos hay un relieve en bronce donde se ve a San Martín, el escudo Nacional, una formación de soldados, del otro lado, tres figuras: monumento de San Martín, el abrazo con O´higgins y el renunciamiento de San Martín junto a Bolívar en Guayaquil. Luego sobre el frente el busto de Remedios de Escalada, San Martín y Merceditas.
Sobre el lateral (frente al Fondo Nacional De las Artes) otro busto del fundador del Instituto Sanmartiniano, José Pacífico Otero. También se observa la caña de leva del transporte Villarino, buque 1880 – 16 de marzo – 1899. Se trata del buque en el que llegaron los restos del Libertador, en 1880, juntos con las piezas para armar su mausoleo.
Enfrente del Instituto se elevaron una serie de monumentos para honrar a los íntimos colaboradores del Libertador. Allí se los puede ver a Güemes, Pueyrredón, Las Heras, Antonio Alvarez de Arenales, O'Higgins y al Mariscal Castilla.
www.conozcarecoleta.com.ar (5919) - Publicado: Domingo 09/04/23 Fuente: Instituto Sanmartiniano
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