Comienza a regir la Ley del etiquetado frontal
Después de algunas prórrogas, a partir del 16 de febrero será el arranque oficial de la Ley de etiquetado frontal que se hará visible en las góndolas. Habrá productos a los que les pondrán un código QR para exhibir su aspecto nutritivo y balancear lo negativo.
Hasta ahora eran pocos los productos que veíamos en los supermercados, pero ya no tiene más prórrogas y a partir del próximo jueves se espera que comience a advertirse un aumento progresivo de los productos que cuenten con los sellos negros en sus envases. El Gobierno empezará a controlar el efectivo cumplimiento de la norma, cuyo objetivo es desalentar el consumo de algunos alimentos, que por su contenido pueden ser perjudiciales para la salud.
Las prórrogas que se habían concedido hasta ahora se dieron teniendo en cuenta la diversidad de productos de cada empresa alimenticia, las existencias de mercadería con rótulos que aún no habían sido actualizados y también, la capacidad operativa de las imprentas para fabricar las nuevas etiquetas.
La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) aclaró que ya no pretende nuevas prórrogas en la aplicación de la ley, pero que insta a "un plan de agotamiento del stock para que los productos envasados previamente puedan ser comercializados". Algo que es razonable y lógico que ocurra.
Desde el mismo ámbito refirieron que por estos días se viene experimentando un cuello de botella con los proveedores gráficos debido a la alta demanda de etiquetas: mientras el calendario apremia, no se estaría dando abasto en tiempo y forma.
Ya existen estrategias en curso para encarar la tarea pedagógica en la góndola: llegar a los consumidores de modo que el comprador no quede paralizado ante el estante que no le ofrece otra cosa que envases con sellos negros.
Una de las estrategias es la colocación de un código QR en la etiqueta que aporte información sobre las cualidades nutricionales del producto. Información que sería legible a través del celular. Sería un complemento para la toma de decisiones del consumidor.
La idea, según explican, es que al ponderar el sello negro con la información que aporta el código QR el interesado pueda sacar una conclusión más equilibrada. A la vez, ese promedio entre lo malo y lo bueno sería más afín a la ductilidad del sistema de etiquetado Nutri-score -utilizado en Europa-, que en Argentina y otros países de la región perdió la batalla frente a los sellos negros.
Otra iniciativa que analizan desde las alimenticias es la posibilidad de modificar la presentación de la tabla nutricional que incluyen los envases. No sólo hacerla más clara y amigable, sino aportar información de contexto sobre el sello negro con el que cargue el artículo y eso dé lugar a una interpretación más cabal.
Ahora solo será el comprador quien decida si está dispuesto a resignar ciertos sabores y texturas en beneficio de su salud o no, pero para decidirlo contará con la información que le permitirá evaluar y discernir.
www.conozcarecoleta.com.ar (3010) - Publicado: Martes 14/02/23
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