Bicisendas, contenedores y decks provocan enojos a los vecinos
Las famosas bicisendas implementadas por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, más los aparatosos contenedores y la importante cantidad de decks que sumaron los locales gastronómicos, generan enojos y quejas de los vecinos.
Fundamentalmente, el aumento de decks en gran parte de los barrios, situados sobre veredas y calles, complican a los vecinos porque dificultan el desplazamiento normal por las veredas, debiendo bajar a la calle y poniéndose en riesgo de sufrir un accidente.
Esta modalidad surgió fundamentalmente durante el período de pandemia, cuando los principales polos gastronómicos de la Ciudad de Buenos Aires, instalaron los decks para poder mantener su actividad al aire libre, con el objetivo de evitar contagios.
Existe una normativa que regula su instalación y el funcionamiento de los decks sobre la calzada, pero en la mayoría de los casos no se cumple. Entre las principales infracciones detectadas en un reciente relevamiento efectuado por el gobierno porteño se encuentran la ocupación de la línea de proyección de la ochava sobre la calzada, la obstrucción de los sumideros y los techos rígidos.
La mayor cantidad de plataformas están en los barrios de Palermo, Núñez, Colegiales, Caballito, Recoleta y Villa Crespo, según informaron desde los ministerios de Espacio Público y Desarrollo Económico.
Si bien aún no existe una cifra oficial ni la cantidad de espacios gastronómicos que están en infracción, se estima que son más de mil las áreas los que incrementaron su presencia en pandemia cuando no estaba permitido recibir a los clientes en el interior de los salones. Se mantenían haciendo delivery o take away y cuando comenzó a flexibilizarse la situación de aislamiento, los decks fueron una opción interesante que les permitió seguir trabajando para paliar la economía que se vio afectada por la pérdida de clientela que se encontraba en situación de aislamiento.
Con el aval del gobierno porteño que salió en auxilio de la actividad económica, colocaron las mesas y sillas en las veredas para que los comensales disfrutaran de la salida al aire libre sin el riesgo de contagio de Covid. Después, avanzaron las plataformas sobre la calzada. Y con ellas, las pérgolas para garantizar una mejor estadía en épocas de alta y baja temperatura, las instalaciones eléctricas para luminarias, ventiladores y hasta equipos de aire acondicionado.
En la actualidad, predominan en los polos gastronómicos, pero también pueden aparecer en cualquier cuadra de la ciudad donde haya algún local de venta de comidas, cafetería y cervecería. Los hay de todo tamaño y material: de madera, de hierro, abiertos, con techos fijos de chapa ondulada o toldos de lona a dos aguas, con cierres laterales de plástico o cemento. Algunos son ´superdecks´ con más de 25 mesas y otros están demarcados apenas por un alambre que une dos parantes.
Desde febrero pasado se traspasó de las comunas al Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana la tramitación de las habilitaciones de decks en las calles porteñas y se ha detectado un excesivo avance sobre la calzada, que transgrede la reglamentación vigente y eso provocó el enojo y queja de los residentes de las zonas más afectadas, por lo que han solicitado al gobierno porteño que regularice la situación.
Ante esta situación, la mayoría de los comercios que se han extralimitado en el uso del espacio público dicen estar dispuestos a cumplir con la normativa siempre que “tenga sentido” y “sea razonable e igual para todos”. Tienen visiones diferentes, en cambio, frente a la posibilidad que el uso del espacio en la calle pase a ser arancelado, tal como lo barajó en un momento el gobierno porteño para desincentivar nuevos emplazamientos sobre el espacio público.
Por lo pronto, desde que comenzó su gestión el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, las habilitaciones de las plataformas dejaron de emitirse desde las Juntas Comunales y pasaron a estar bajo la órbita del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana. Desde febrero, esa cartera comenzó un plan para “adecuar la situación” y “lograr una foto de cuántas hay en la calle”.
Desde que comenzó un relevamiento para verificar la situación, ya fueron removidos siete decks cuya instalación era irregular, como ocurrió sobre Tagle al 2500 que se desplegaba sobre la ochava, pero también en la senda peatonal.
“Acompañamos la regularización de casos específicos por invasión de ochava, que ya fueron notificados, debido a que esa ocupación pone en riesgo la seguridad de los peatones”, informaron desde la cartera de Espacio Público y desde Desarrollo Económico indicaron que apuestan a “dar con un equilibrio necesario para la convivencia entre los comerciantes y los vecinos”. La duda es si lo harán con una nueva ley o bien buscarán que se cumpla con la vigente.
Para conseguir un permiso de instalación, los gastronómicos deben completar una serie de requisitos. Entre las principales demandas están que la estructura no supere los 2,05 metros de ocupación paralelos al cordón. También que estén en calles en las cuales el estacionamiento se encuentre permitido las 24 horas y que en las que circule como máximo una línea de colectivos.
No deben obstruir bocas de tormenta, rampas ni sendas peatonales. Tampoco la zona de las bocacalles formada por la prolongación de las líneas de ochavas presentes en las esquinas. Este requerimiento está vinculado con la seguridad vial, ya que la permanencia de las estructuras de gran porte impide, por ejemplo, una buena visibilidad a la persona que conduce un vehículo al llegar al cruce de calles.
El tipo de piso tiene que ser “fácilmente desmontable” y antideslizante. El perímetro debe delimitarse con barandas de una altura de 90 centímetros y debe contar con macetas en los laterales. Aquellos que tengan cubierta deberán ser con “toldos canadienses” -caracterizados por ser de lona y con un sistema para regular la movilidad-. Por último, posibilita cerramientos transparentes en los laterales.
www.conozcarecoleta.com.ar (6018) - Publicado: Martes 25/06/24
|